Los 15 errores más comunes que cometen los emprendedores
A continuación se relacionan 15 de los errores más frecuentes en los que suelen incurrir los emprendedores/as al afrontar la planificación y desarrollo de su proyecto empresarial.
Todo aquel que trabaje habitualmente con emprendedores/as habrá detectado en muchas ocasiones, desde las primeras entrevistas, la propensión a incurrir en los mismos por parte del promotor/a. La mayoría de ellos son susceptibles de evitarse a la hora de elaborar un Plan de Viabilidad y las consideraciones que se realizan pueden ser útiles a la hora de ofrecer argumentos y razones en el proceso de asesorar y/o orientar al emprendedor/a la hora de crear un negocio.
- Fijarse en los errores que otros ya han cometido.
- No se trata de imitarlos o copiarlos, se trata solo de 'no tropezar con la misma piedra'.
- No admitir los errores
- Siempre es difícil admitir que se cometió un error.
- Los errores sirven para aprender siempre y cuando se empiece por admitirlos para así poder tomar las medidas correctivas a tiempo.
- No trabajar en equipo
- Uno de los errores más comunes es que el emprendedor está tan enamorado de su proyecto que cree que el sólo puede llevarlo a cabo.
- La humildad en cuanto a los conocimientos es un componente esencial en la personalidad de un emprendedor: Conocer las limitaciones y recurrir al asesoramiento de expertos hará que los problemas se resuelvan antes de que sea demasiado tarde.
- No tiene más éxito quien tiene más conocimientos, sino quien conoce sus limitaciones, porque buscará a otro que se haga cargo de lo que no domina.
- Temor a preguntar: aprender a pedir ayuda
- En muchas ocasiones el emprendedor se encierra en sí mismo y no puede ver lo que tiene delante de sus ojos, ahí es cuando necesita las opiniones de otros que le hagan ver la realidad, o al menos sus perspectivas.
- Confundir una idea original con una oportunidad de negocio
- Una idea no es un producto y una idea no es una empresa. Se puede tener una idea muy brillante pero que no tenga aplicación práctica en el mercado.
- No sólo importan las ideas en sí mismas, sino el llevarlas a cabo de forma exitosa: una idea puede tener varios caminos para ejecutarla, así que hay que analizar lo que ya existe en el mercado y buscar diferenciarnos.
- Tener una idea y llevarla a la práctica son cuestiones muy diferentes.
- Todas las ideas innovadoras, aunque funcionan en algunos casos, siempre representan un riesgo. La competencia hoy en día es feroz y sería un error y una pérdida de esfuerzo pensar que con una pequeña innovación en algo que ya existe podría ganar y sobrevivir en el mercado.
- Enfoque equivocado en los productos
- Si el emprendedor no encuentra ninguna razón para que los compradores se cambien a su producto, lo mejor es que no se meta en el negocio.
- Sólo hay que vender lo que los clientes y el mercado están dispuestos a adquirir.
- No se puede creer que el producto se venderá sólo: no basta con tener un buen producto, si bien esto favorecerá las ventas, es necesario realizar una estrategia de marketing para dar a conocerlo y venderlo sobre todo en aquellos productos más innovadores que el cliente no conoce.
- Si el producto o servicio son buenos, pronto habrá competidores dispuestos a imitarte o superarte.
- A la hora de desarrollar la actividad hay muchos emprendedores que se dirigen antes al producto que al mercado y no hay que olvidar que el mercado es completamente cambiante y hay una rotación enorme de productos. Si el emprendedor se centra, en el producto y no esta preparado para los cambios que se producen en el mercado se corre el riego de fracasar por falta de adaptación.
- Excesivo nivel de riesgo
- Contrario a lo que se piensa, los grandes empresarios no tienen tendencia a tomar riesgos considerables. Ellos no temen a los riesgos que pueden controlar, pero nunca estarían dispuestos a 'apostar' todo.
- El derroche inicial
- Una empresa que comienza con equipos y muebles elegantes, lo mejor en infraestructura y sueldos elevados, está abocada a medio plazo a pasar dificultades financieras.
- Los empresarios más exitosos han aprendido que la falta de liquidez puede ser el cierre, por eso son muy precavidos a la hora de gastar el dinero y van aumentando sus costos a medida que la empresa va progresando.
- Al principio hay que ser más modesto.
- Ello no implica que haya que ser 'tacaño' a la hora de invertir. No hay que infradimensionar el negocio. Las planificación de las inversiones actuales se debe realizar teniendo en cuenta la futura expansión del negocio: Unas inversiones que limiten el crecimiento exigirán en el futuro de excesivas reinversiones.
- Capital insuficiente
- Existen emprendedores que piensan que se puede comenzar un negocio con un capital por debajo de lo necesario, confiando en las futuras ganancias.
- En el 90 % de los casos, las ventas no alcanzan a presentar el margen de ganancia esperado. Es recomendable empezar con más capital del que se cree se va a necesitar.
- La falta de liquidez en los primeros meses de actividad del negocio es, desgraciadamente, una realidad a la que se enfrentan la mayoría de los promotores de un nuevo negocio. La razón esta en una mala planificación de los ingresos y gastos iniciales por un exceso de optimismo.
- Demasiados costes fijos
- Hay que reducir al máximo los gastos fijos. Es mejor alquilar, no comprar, hay opciones interesantes como el renting y el leasing. Sólo hay que contrata personal para las actividades necesarias, para el resto podemos utilizar el 'outsourcing'...
- Frecuentemente el negocio que pasa por dificultades financieras no tiene problemas de facturación sino de unos elevados costes de estructura que afectan al margen de explotación obtenido.
- Depender de las subvenciones
- Hay que cuadrar las cifras sin tener en cuenta las subvenciones. Si luego vienen mucho mejor, pero no hay que depender de ellas.
- Errores en la elección de los socios
- Es mejor estar sólo que mal acompañado.
- Cuando la química falla entre los socios, el resultado final es el cierre del negocio o en el mejor de los casos la venta de una de las partes.
- Hay cosas que nunca descubres hasta que no trabajas con tu socio. Y da igual que se trate de una persona a la que conoces desde hace años; incluso si se trata de un familiar o un amigo.
- La idea de que son mejores y más equitativas las sociedades en las que los socios tienen la misma participación es revaluada, y por el contrario, se considera una 'trampa': la sociedad carece de un líder
- Hay expertos que consideran que lo óptimo es tener tres partes porque cuando no hay unanimidad en algo, siempre hay uno que pone paz.
- Fijar precios inadecuados
- La mayoría de los emprendedores confiesa que tienen serías dificultades para poner un precio a sus productos. A veces por desconocimiento de la relación calidad-precio de la competencia, y mucho más a menudo, por cierto complejo de inferioridad, cuando se empieza, muchos terminan poniendo un precio demasiado bajo.
- Una empresa comienza mal cuando su premisa de ventas consiste en ofrecer precios más bajos que los de la competencia.
- Lo mejor es fijar los precios de acuerdo con el mercado sin sobrevalorar a los competidores.
- Conocimiento
- Sobre este tema se podría escribir todo un libro, ya que los errores en la investigación del mercado son causas seguras del fracaso.
- Es fundamental conocer el mercado en el que quiere introducir su establecimiento: tamaño, público objetivo, competencia, cuota de mercado....
- En muchas ocasiones el emprendedor ya ha trabajado varios años en el sector pero muchas veces tiene un conocimiento parcial del negocio derivado del puesto desempeñado en el día a día, pero carecen de una visión global del mercado: 'no basta con ser un buen albañil para triunfar como constructor'.
- No hacer un plan de viabilidad
- No tener ni idea de los números de mi empresa
- El problema para los emprendedores novatos es que hacer un plan de empresa les resulta demasiado complicado y al final deciden saltarse el trámite
- No hacer un buen plan de viabilidad
- No saber interpretar los números del proyecto.
- Una proyección es sólo una estimación de la realidad, por lo que cuantos más factores consideremos al realizarla, será menos susceptible de errores.
- Utilizar datos no realistas, no es mentir a nadie, es mentirse a sí mismo.
- Un planteamiento defectuoso no puede rescatarse con una buena redacción, pero un buen concepto sí puede destruirse si su redacción no lo comunica en forma apropiada.